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Advierten sobre posibles impactos en las ballenas si se avanza en la minería en aguas profundas

Falta investigación sobre los impactos de la minería submarina, por lo que podría dañarse a los océanos de maneras que no conocemos y a expensas de especies como las ballenas azules y otros cetáceos que han sido el foco de los esfuerzos de conservación du

Medio Ambiente / Lidia Rita Bonilla Delgado / 14 de febrero de 2023

Exeter, Reino Unido a 14 de febrero del 2023. Los científicos advierten que la minería en aguas profundas podría representar un “riesgo significativo para los ecosistemas oceánicos” con impactos “duraderos e irreversibles”, incluidos los riesgos para las especies en peligro de extinción a nivel mundial, como las ballenas azules. La Universidad de Exeter y los Laboratorios de Investigación de Greenpeace publicaron hoy un nuevo artículo revisado por pares que se centra en la coincidencia entre el hábitat de cetáceos (como ballenas, delfines y marsopas) y los sitios considerados para la minería en aguas profundas, especialmente en el Océano Pacífico. El estudio dice que se necesita una investigación urgente para evaluar las amenazas a estos mamíferos, particularmente por la contaminación acústica de las operaciones mineras que se proyectan.

Las empresas mineras que buscan expandirse hacia el lecho marino aún no han recibido permiso para comenzar a explotar comercialmente las aguas internacionales, pero están presionando a los gobiernos para obtener luz verde y comenzar sus actividades extractivas en julio de 2023. Si se otorga el permiso, se espera que maquinaría gigante (que pesa más que una ballena azul) funcione las 24 horas del día, produciendo sonidos a diferentes profundidades que podrían superponerse con las frecuencias que usan los cetáceos para comunicarse.

“Imagina que tu barrio se viera interrumpido repentinamente por trabajos de construcción que funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, tu vida cambiaría drásticamente, tu salud mental se vería comprometida, y podrías cambiar tu comportamiento para escapar de ella. No es diferente para las ballenas o los delfines”, dijo la Dra. Kirsten Thompson, de la Universidad de Exeter.

La Zona Clarion-Clipperton (CCZ) entre México y Hawái en el Océano Pacífico proporciona hábitat para al menos 25 especies de cetáceos, incluidos delfines y cachalotes, pero esta zona es la de mayor interés para las empresas mineras que buscan extraer metales y minerales del fondo marino. Hasta el momento se han otorgado 17 contratos de exploración minera en aguas profundas en esta parte del Océano Pacífico. Además, las empresas mineras también apuntan a los recursos minerales de los fondos marinos en áreas alrededor de otros ecosistemas importantes como montes submarinos y respiraderos hidrotermales en aguas profundas.

“Las compañías mineras que buscan explotar el lecho marino están decididas a comenzar a saquear los océanos, a pesar de la poca investigación sobre los impactos que esta industria tendría en las ballenas, los delfines y otras especies. La minería en aguas profundas podría dañar los océanos de maneras que no entendemos completamente, a expensas de especies como las ballenas azules que han sido el foco de los esfuerzos de conservación durante muchos años. Los gobiernos no pueden cumplir sus compromisos de proteger los océanos si permiten que comience la minería en aguas profundas”, dijo Louisa Casson, activista de Greenpeace Internacional.

La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA por sus siglas en inglés), el organismo intergubernamental encargado de regular la minería en aguas profundas en aguas internacionales, se reunirá en marzo y julio en Kingston, Jamaica. En la última ronda de negociaciones en noviembre de 2022, los gobiernos de Nueva Zelanda, Francia y Chile se opusieron a la presión comercial para permitir que la minería en aguas profundas comience en 2023 y, en cambio, pidieron una moratoria preventiva.

Se observan sedimentos en la superficie provenientes del colector de nódulos Patania II a medida que se recuperan luego del despliegue de Normand Energy, un barco enviado por la compañía minera de aguas profundas Global Sea Mineral Resources (GSR), una subsidiaria de la compañía belga DEME, en el Océano Pacífico. Actualmente, la compañía está probando equipos de minería con el objetivo de una futura extracción comercial de minerales del lecho marino.